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Tarde de domingo | Sexo bisexual

Escrito por Lili Divine | 12-abr-2022 16:39:00
 
 12/04/2022     18:39
TARDE DE DOMINGO | SEXO BISEXUAL
 
1ª parte

Me llamo Susana, tengo 43 años  y estoy separada desde hace tres. En los últimos tiempos he pasado por algunos momentos difíciles y consecuencia de mi estado anímico, he establecido una relación de amistad más estrecha con mi vecina, Isabel, a la que conozco desde hace unos seis.
 
Isabel tiene 35 años, es una mujer muy alta, sus pechos son muy bonitos y firmes. Tiene unos ojos azules muy bonitos y grandes.. Es madre de tres niños y siempre se queja de que su marido no la valora y que nunca le ha hecho sentir un orgasmo por lo que ella solo siente placer cuando se masturba.
 
Yo, por el contrario, soy una mujer muy bajita,  tengo una figura bien moldeada y formada, con culito y tetas acordes a ella, en realidad, para ser sincera, me conservo bastante bien para mi edad y haber sido madre de un hijo precioso.
 
Tengo un amigo especial, mi amante, desde hace más de un año, que me ha descubierto un mundo diferente de la bisexualidad, ha despertado en mí, muchos sentidos que estaban latentes y me llena de satisfacción y placer los momentos que compartimos juntos.
 
Todo ocurrió un domingo lluvioso, triste y aburrido, me encontraba tumbada en el sofá haciendo zapping, pues no me apetecía arreglarme ni salir, el mal tiempo, contribuía a que las calles estuviesen desiertas y no se oyesen ruidos exteriores, por ello, me quedé muy sorprendida cuando oí sonar el timbre de la casa, ya que no esperaba a nadie y no se me ocurre quién podría venir a visitarme en ese momento. Me levanté sin ganas de abrir la puerta y me encontré a mi vecina Isabel llorando desconsoladamente, la hice pasar, preguntándole  qué es lo que le ocurría, pero ella no era capaz de articular palabras coherentes y lloraba sin parar.
 
La acompañé hasta el sofá y me fui a la cocina para prepararle una tila, que poco a poco se bebió y la fue calmando. Me senté a su lado cogiéndole las manos, tranquilizando y cuando por fin empezó a hablar entre suspiros, refería que se sentía muy mal, que se sentía fea, gorda, nada deseable ni sexy y que estaba muy muy cansada de todo..
 
2ª parte
 
Me acerqué más a ella y le acaricia el rostro, quitando los cabellos de la cara y le di un beso en la mejilla, a la vez que empecé a susurrarle al oído, que es una mujer muy bella, muy alta, con buen cuerpo, simpática, cariñosa y realmente deseable. A continuación, sequé sus lágrimas, volviendo a besarla varias veces más, y sin darme ni siquiera cuenta, le rodee el cuello con mis brazos mientras seguía diciendo palabras bonitas y reconfortantes al oído, y así poco a poco, me sorprendo porque ella me va acariciando la espalda hasta llegar a mi cintura, por cuestión de comodidad, me siento encima de ella a horcajadas y sigo susurrando que es una mujer realmente guapa, capaz de seducir a cualquier persona, de producir y de recibir mucho placer……. de repente, noto un cambio muy brusco en su respiración, que parece algo entrecortada, le acaricio con mis manos el rostro y paso mis dedos por sus labios, al instante, ella chupa mi dedo evidente, por lo que continuó jugando con todos ellos durante un gran rato, hasta que decidí unir mis labios a los suyos y ella me besó desesperadamente y gimiendo de placer. Vuelvo a susurrarle lentamente y ella empieza a retorcerse.
 
Bajo mis manos hasta el inicio de su camisa y empiezo a desabrocharle los botones  muy despacio, hasta sobar una y otra vez sus pechos por encima del sujetador, ella evade continuamente mi mirada, pero no se resiste…
 
Me siento muy caliente y con ganas de sexo, pero me contengo de inmediato, la cojo de la mano y le pido que me acompañe al dormitorio, explicándole que le voy a dar un buen masaje que le va a ayudar a liberar todas sus tensiones, ella accede deseosa.
 
Le pido que se tumbe boca abajo en la cama desnuda de cintura para arriba, a continuación me siento sobre su cintura, la embadurno de crema y empiezo a masajear durante largo rato, ella repite muchas veces, que se siente realmente bien, yo le sigo hablando despacio y le digo que tiene una piel suave y perfecta, muy lentamente voy bajando mis manos hasta llegar al inicio del culo, quitándole los pantalones del chándal, voy metiendo mis manitas por debajo de sus braguitas, me siento totalmente húmeda y ardiente, ella comienza nuevamente, a mostrar una respiración entrecortada y la noto muy agitada, pero no habla nada, solo se deja hacer, le pido que se relaje, que no esté tensa, empiezo a bajarle las braguitas y deslizo mi dedito suavemente por su rajita que desciende fácilmente con la crema, una y otra vez, hasta que ella comienza a jadear, me tumbo a su lado y la beso en los labios, diciéndole que me está haciendo sentir muchos deseos, ella me mira por fin, pero con una mirada lánguida y tranquila, que parece que no ve…
 
3ª parte

Esta vez es ella quien busca mi boca y me besa apasionadamente su beso me deja casi sin aliento, empiezo a desnudarme y me tumbo totalmente desnuda sobre ella, que se ha puesto boca arriba, acariciándonos y besándonos cálidamente, aprieto sus pechos entre mis manos y mordisqueo incesantemente sus pezones que estaban durísimos, sus gemidos son constantes y escandalosos, se retuerce de placer, voy bajando por su cuerpo y frotando a la vez mis tetas por su vientre, me detengo pausadamente en su ombligo con mi lengua, mientras mis manos siguen pellizcando sus pezones, ella no puede más y pone con fuerzas ambas manos sobre mi culo, pidiéndome que la folle.
 
Estoy chorreando, caliente y deseosa, consigo con esfuerzo deshacerme de sus fuertes manos y me pierdo en su coñito, rosita, ardiente de deseos, húmedo y caliente hasta más no poder, con un olor a sexo distinto, ya que nunca antes había probado el sabor de otra mujer, separo con mis dedos sus labios y paso incesantemente mi lengua por sus labios externos e internos, lamo mil veces su clítoris mientras yo también gimo de placer y satisfacción, ella se deshace en un gemido infernal y todo su cuerpo se estremece hasta quedar exhausta. A continuación, acercó nuevamente mi boca hasta la de ella y ambas compartimos su sabor, nos miramos y su cara muestra agradecimiento, descubrimiento y mucho más deseo..
 
Empieza a coger mis tetas con sus enormes manos y a mordisquear mis pezones, cuando están totalmente duros, comienzo a frotarlos nuevamente por el clítoris, le digo entre suspiros que me tiene totalmente caliente, como una perra en celo, que la deseo locamente y ella vuelve a gemir, introducir primero un dedo en su chochito, luego otro, mientras sigo chupando su pipa que está más que estimulada y ella me pide que me tumbe sobre ella, empezamos a frotar nuestros sexos de forma compulsiva, mientras me como sus tetas y las espachurro con mis manos, ella me acaricia la espalda y me aprieta el culo con las dos manos fuertemente. Siento como el calor me embarga y mis movimientos pélvicos se van acelerando paulatinamente, hasta conseguir ambas un orgasmo increíble
 
No dejamos de acariciarnos y besarnos, mientras le digo que se ponga a cuatro patas.
 
Empiezo a besarle el culito, darle bocaditos en sus cachas, le chorreo de saliva su rajita y empiezo a chuparla lentamente hasta llegar al ano, meto mi lengua en él y luego un dedito que hago girar dentro de ella, Isabel se muerde los labios, le doy palmadas en las nalgas y de repente.. empieza a gritar que quiere más, me levanto de la cama, cojo un juguete en forma de pene que me regaló mi amante y lo voy introduciendo en su culo poco a poco, ella se contonea, tan grande, sus tetas colgando, me piden que se las chupe, así que me tumbo debajo de ella boca arriba, mientras sigo con el juguete en su culo, se pone como loca, grita y gime sin parar una y otra vez hasta conseguir nuevamente el éxtasis, cuando se recupera le pido que me coma el coñito que estoy muy caliente a lo que accede de buena gana y lo hace realmente bien, acariciando mi pubis
 
Y mis ingles a la vez que me chupetea todo mi chochito por dentro y por fuera, mi clítoris está hinchado por sus lametones, cuando ya no puedo más pongo mis manos sobre su cabeza, atrayéndola hacia mi, como queriendo hundirla dentro de mis entrañas, hasta conseguir un nuevo orgasmo que me deja extasiada.
 
De pronto suena el teléfono, es el marido de Isabel que pregunta por ella, se lo paso, hablan unos minutos, ella se ducha en un momento, se viste rápidamente, me da las gracias y yo la acompaño hasta la puerta.
 
A partir de esa tarde lluviosa de domingo, hemos mantenido mucho sexo, me encantó estar con Isabel y pienso en su chochito todos los días.

FIN