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BLOG & CONSEJOS

La Fiesta, una de Parejas Liberales ESPAÑA.SWINGER

No es lo mismo polyamory (poliamor) que swinging, pero pueden ir cogidos de la mano: Una pareja, o un miembro de la pareja, puede elegir acostarse con otras personas. Pueden establecerse normas y límites (a veces puede haber reglas que limiten el número de veces que uno puede acostarse con una persona de fuera de la pareja, o deberán pedirle permiso a la pareja para poder acostarse con alguien, o el sexo se limitará a miembros de determinado sexo,...
SWINGERS
Mi nombre es Macarena, soy una chica normal, que vive en España, y os voy a hablar de cómo una chica y un chico cambiaron mi vida…
 
Solía meterme en páginas de contactos de intercambios. Esta concretamente me abrió un mundo que desconocía. parejas.soloadultosdating.com
 
Bueno, os sigo contando...
 
Todo ocurrió en una fiesta, la cual le habían organizado a mi vecino Óscar. Fue la fiesta de su 26 cumpleaños y allí estaban todos sus amigos y amigas, y también estaría ella, por la que me enrede en semejante historia. Era la típica mujer sencilla, con sonrisa de película, piernas kilométricas que harían desvariar a cualquiera, y ese olor en el pelo como recién salida de la ducha, hasta cuando hacía deporte, y tan rubio que inevitablemente se te iban los ojos.
 
Varios meses antes de aquella fiesta, me mudé a ese bloque, a un apartamento justo tres pisos más abajo que el de Óscar.
 
Cierto día en el que estaba cargando cajas, vi que bajaba por las escaleras un tipo alto, moreno, con un cuerpo bien definido y unos ojos tan azules que se podrían ver peces en ellos, llevaba varios tatuajes que la camiseta dejaba ver el aire, y una sonrisa pícara que hacía que todas cayeran rendidas a su paso.
 
En ese instante mi cuerpo estaba hecho un flan, no sabía ni hablar; y como si me leyera la mente empezó a ayudarme con las cajas después de presentarse. Pasaban los días y siempre tomábamos café juntos y cada vez nos hacíamos más amigos, las charlas eran cada vez más profundas y se podía hablar de cualquier cosa. Sabía que tenía pareja por nuestras conversaciones, pero nunca imaginé que me la presentaría tan pronto.
 
Fue un día en el portal que yo salía y ellos entraban, y me presentó a su novia, Indira. Como llevaban prisa, ella me dijo de tomar café para conocernos mejor. Evidentemente acepté muy sonriente para que no se me notara lo incomoda que estaba.
 
A los días Óscar vino a tomar algo a casa, entre un tema y otro, me contó que no estaban pasando por un buen momento, a lo que no pude por un momento alegrarme un poquito, aunque también como era mi amigo intentaba aconsejarlo de la manera que yo creía más conveniente.
 
Esa misma noche, me dispuse a bajar la basura, cuando en el portal vi a alguien llorando, por la sombra de ese cuerpazo adivine enseguida que era Indira. Sabía exactamente porque lloraba de mi conversación con Óscar, me 
 
senté a su lado y como si de una amiga se tratara empecé a consolarla. Al rato la invité a casa para seguir hablando, ya que me sentía muy a gusto y muy cercana, es algo que Indira despertaba en las personas.
 
Mientras preparaba dos tazas de té, ella no paraba de contarme la gran discusión entre ella y Óscar, me quedé mirándola y la verdad que Indira estaba guapa hasta cuando lloraba, por un momento olvidé mi idea de poco a poco acercarme a Óscar más que una simple amiga.
 
Pasaron las horas, y empezamos a conocernos y nos reíamos, hablamos de mil cosas y cada vez más lograba entender porque Óscar estaba tan enamorado. Del té pasamos a las cervezas y en las copas fue cuando volvió a desplomarse y de un momento a otro, y sin saber por qué la besé.
 
Rápidamente me aparté, disculpándome enseguida pero Indira me cogió con las dos manos la cara y me devolvió el beso, el cual se alargó mucho más que el mío.
 
Empezamos a besarnos, notaba sus manos entre mi pelo y las mías en su cintura subiéndolas y bajándolas. Pase a desabrocharle la camisa roja que llevaba y a besarla por el cuello, mientras Indira me bajaba la cremallera del vestido y dejaba mi cuerpo a su vista.
 
Pasamos al dormitorio donde estaríamos más cómodas, y seguimos besándonos con los cuerpos desnudos pegados, muy pegados.
 
Empezó a pasarme la lengua por el cuello mientras bajaba lentamente a los pechos, donde se tomó su tiempo en lamerlos, chuparlos y en darme algún que otro mordisco, llenándome de placer; mientras yo la masturbaba.
 
Recuerdo como mis manos encajaban en las suyas mientras la besaba, y mis pechos rozaban con los suyos, para luego bajar poco a poco por su cuerpo y llegar a sus muslos en los que también lamia y mordía, y pasar a su vagina en las que introduje mis dedos, y chupaba su clítoris.
 
Ella jadeaba y eso me excitó muchísimo así que seguí, empezamos a frotar clítoris contra clítoris, ella me masturbaba y yo a ella, una encima de la otra, hasta que tuvimos un gran orgasmo.
 
A la mañana siguiente el sentimiento de culpa era algo que a las dos llevábamos a cuestas, más mi gran confusión, ¿Cómo podía ser que me gustaran dos personas, que encima eran pareja? Pero sobre todo me preguntaba ¿Qué clase de amiga era?
 
Sabía que me gustaban las chicas desde que conocí a Andrea, una exnovia, pero nunca hubiera imaginado que a Indira también, o quizás fui la primera, tampoco le pregunté en ese momento.
 
 
 
Decidimos dejar ese momento como algo especial que había ocurrido entre las dos, y hacer como si nada, ella tenía claro que quería seguir con Óscar, y yo…yo ya no tenía nada claro.
 
Transcurrían los días y si la veía era subir o bajar con Óscar, pero él siempre me decía y me comentaba que estaban bien, por momentos. Eso realmente me molestaba y creo que por ambas partes.
 
Cierto día se presentó en mi casa, pidiéndome el taladro que me dejo Óscar para colgar unos cuadros…La tensión se cortaba con unas tijeras, no habíamos vuelto a hablar desde que nos acostamos, cuando le di el taladro hubo un momento de miradas, y esta vez fue ella la que tuvo el impulso de besarme. Obviamente la seguí, besándola también apasionadamente, y pasando mis manos por su cintura, y cuando llegué a tocarle los senos, se apartó como quien ve al diablo, y se fue.
 
No llegaba a reaccionar en ese momento, ¿Quería volverme loca? Pero luego pensé que era mejor para todos.
 
Llovía mucho y llegaba con ganas de entrar a casa con la compra recién hecha, al llegar a la puerta del apartamento, estaba Óscar esperándome en la escalera.
 
Le invité a pasar, con el miedo en el cuerpo de que Indhira le hubiese contado todo, pero se puso a ayudarme a colocar la compra y a contarme sobre ella. Me preguntó que si sabía que le pasaba a Indira, que era muy rara, y que sabía que nos habíamos visto otra vez y si me había comentado algo.
 
Evidentemente le negué cualquier información, bueno, le negué la información que tenía, y lo invité a ver una película en mi casa, ya que me dijo que ella esa noche iba a salir con sus amigas y que necesitaba poner las cosas en claro.
 
A mitad de la película, no sé si era por costumbre o porque él estaba más cómodo, colocó su brazo por encima de mis hombros, yo estaba perpleja y sin saber qué significaba exactamente, lo miré y en acto de unos 20 segundos me miró, y empezamos a besarnos.
 
Era mucho mejor de como lo había imaginado, me senté encima de él mientras me mordía el labio y pasaba sus manos y me agarraba fuerte por la cintura, me lamia el cuello y yo se lo lamia a él, nos decíamos cosas indecentes y muy imprudentes y más caliente se ponía la cosa, notaba como me ardía todo.
 
Pasaba mis manos sobre su pelo, dirigiendo su cabeza por mi cuello, mientras él muy mañoso me quitaba la blusa, y yo le quitaba su camiseta y deslizaba mis manos sobre su torso, Óscar pasó al siguiente nivel y dejó mis pechos al aire, seguí bajándole la cabeza hasta que empezó a chuparme los pezones y agarrar los pechos con las manos. Yo notaba como su lengua hacía círculos 
 
y en determinados momentos me mordía suavemente. En un momento su mano estaba en mi pantalón, previamente desabrochado y cuando se dispuso a meter la mano, paré.
 
Empecé a imaginarme a Indira, y en un momento, tuve que parar. Él reaccionó también, cogió su camiseta, me pidió perdón y se fue a su apartamento. No pude dormir en toda la noche. Realmente me había gustado…
 
Indira me habló por teléfono, comentándome que estaban pensando en organizarle una fiesta a Óscar por su cumpleaños y que estaba invitada, sorprendida por la invitación le comuniqué que me pasaría un rato, suponiendo que Óscar no le había mencionado nada, como ella, tampoco a él.
 
Llegó el día, desde muy temprano había estado oyendo subir y bajar a Óscar y a Indira cosas para la fiesta, y risas y voces de los que serían sus amigos también.
 
Estaba en la cama, pasándome por la cabeza mil y una excusas para no ir, y así, no tener que ver a ninguno de los dos ni sonreír falsamente todo el tiempo.
 
Eran las 21:00 y empezó a llegar la gente, se oían halagos, risas, música de todo tipo sonando en lo que yo diría que era un altavoz de discoteca, o al menos, yo lo sentía de esa manera. También se escuchaban los tacones, el murmullo y yo cada vez estaba más nerviosa, ¿Cómo se supone que los saludaría? ¿Cómo si no pasara nada? ¿Se habrían contado algo?
 
Escogí un vestido negro para la ocasión, era corto con unas medias tupidas y unos tacones plateados, el pelo suelto, y una americana negra.
 
Subí, arrepintiéndome a cada escalón de ir a esa fiesta. Cuando llegué estaban todos muy contentos, la casa estaba llena, decorada con un sinfín de parafernalias por todas las paredes, había mucho confeti en el suelo, y mucha gente en grupos que iban y venían y formaban nuevos grupos de charla pero siempre con una cerveza o, en su defecto, un cubata bien cargado.
 
Le dije a Indira que estaba hablando con dos chicas y un chico, los cuales estaban en una especie de círculo como si en medio hubiera una hoguera. Indira se veía resplandeciente, con un pantalón ceñido, una camisa roja que le resaltan los pechos. Cuando su mirada se topó con la mía, me sonrió y me dio un saludo con la mano, para después hacer un gesto que interpreté como que quería que fuese donde ella estaba.
 
Me acerqué sin saber muy bien qué quería, me dio un abrazo y me presentó al grupo con los que estaba hablando, luego me llevó por cada uno de los grupos haciendo exactamente lo mismo, yo no podía ocultar mi extrañeza y ella cada vez que me miraba se reía, como si estuviera disfrutando de la situación.
 
 
 
En un momento que estaba saludando a una tal Janeth, apareció Óscar con Ian, su mejor amigo, todo mi cuerpo temblaba como la primera vez que lo vi, pero esta vez por una razón totalmente diferente, pero me armé de valor, y como si no hubiera pasado nada, me acerqué y le felicité el cumpleaños, él me respondió con un abrazo a los dos besos que le di por cortesía, a la vez que me decía que era él, el que tenía un regalo para mí…
 
Empezaban a sudarme las manos y pensaba que quizás, quería terminar lo que empezamos y quizás yo también quería, pero pensaba en Indira, era lo único que me preocupaba…
 
Como no sabía con quién hablar ni qué hacer durante aquella fiesta, el alcohol era mi único aliado y amigo, así que no me despegaba de la mesa donde estaban puestas en una cubitera gigante, las cervezas. También había ron y ginebra, pero prefería conformarme con las cervezas para luego no tener que arrepentirme por mis actos.
 
Miraba como Indira bailaba con Óscar, meneandole el trasero de esa manera tan erótica como ella sabía hacerlo, empecé a imaginarnos a los tres; como mientras ella le meneaba el trasero, yo la besaba y metía mis piernas por las suyas apretándose contra su entrepierna, y él me cogía el culo y me lo apretaba, y buscando mis pechos para agarrarlos…
 
Volví de esa película y miré el reloj, como hacía cada 10 minutos y daban las 22:40, así que cogí otra cerveza jurándome que era la última y me fui a casa, en ese momento, tuve la necesidad de ir al baño.
 
Uno de los baños del piso estaba ocupado y había una larga cola, o eso me pareció, de chicas antes que yo para entrar, así que como sabía que en el cuarto de Óscar había uno (por la distribución de todos los pisos), decidí ir a ese ya que sería rápido y que ya me iría a casa. Eché un ojo para localizar a Óscar y a Indira en la reunión y como podía percibir que no se enteraran me entré a la habitación, y al baño.
 
Cuando salí encontré a Óscar sentado en su cama, la que estaba cubierta por un edredón rojo y cojines dispuestos en color negro, y estaba Indira también, y yo me temí lo peor.
 
Ella me dijo que me sentara que teníamos que hablar, y todo el alcohol se me bajo a los pies de golpe.
 
Me senté muy pegada el borde por si tenía que salir corriendo, entre Óscar e Indira, y entonces ella me cogió la mano, y pegó sus labios a los míos, abriéndose y pasándome la lengua. La seguí sin hacer de cuentas que Óscar seguía allí, hasta que noté sus manos avanzar por todo mi muslo hasta mi entrepierna, entonces giré la cabeza y me encontré los labios de Óscar, su mano ubicada entre mi cuello y mi cara hizo el acto de que me echara un poco 
 
sobre él, besándolo, mientras Indira me quitaba la ropa y se quitaba la suya, y empezábamos a entrar en calor…
 
Indira se puso en el otro lado, y mientras yo estaba tumbada, él estaba lamiendo y chupando mis senos, en ese momento yo me encontraba besando muy apasionadamente a Indira que poco después bajo para ayudar a chupar mis senos a Óscar, no había notado nada tan placentero.
 
Empezó a penetrarme, primeramente suave, y después más fuerte al mismo ritmo que Indira me masturbaba y al mismo ritmo que yo la masturbaba a ella y él le introducía a Indira sus dedos y las dos gemíamos de placer.
 
En un movimiento rápido cambiamos las posiciones, ahora Óscar estaba penetrando a Indira a cuatro, mientras ella me hacía sexo oral y Óscar me introducía sus dedos con movimientos rápidos y fuertes…
 
Volvimos a cambiar posiciones cada vez más sudados y calientes, ahora Óscar estaba tumbado, yo estaba haciéndole sexo oral mientras Indira lo besaba y dejaba que él le apretara y chupara los pechos, ella con su mano subía y bajaba por el pene de Óscar mientras yo lo chupaba, y no podía dejar de masturbarme suave, pero a medida que veía como Óscar le introducía los dedos a Indira y chupaba sus senos, más rápido me daba en el clítoris llegando al máximo placer, y haciéndoselo llegar a Óscar y este proporcionándoselo a Indira.
 
No fue hasta que terminamos que nos dimos cuenta que todavía había gente fuera, pero no importaba, en ese momento solo éramos tres.
 
Y desde ese día hasta ahora, somos como cualquier pareja y nos llevamos como cualquier pareja, y tenemos sexo como cualquier pareja, aunque esto último (quizás) un poco mejor, porque donde caben dos, siempre hay espacio para tres...
 

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